Me estaba acordando antes de escribir este post de uno de los capítulos más recordados de Friends. En él, Phoebe es “poseída” por el espíritu de una anciana que se resiste a dejar este mundo sin haberlo visto ABSOLUTAMENTE TODO. Por no dilatarme mucho con este tema, que esto es un blog sobre ciclismo y no sobre televisión, el espíritu de la buena mujer sólo abandona el cuerpo de Phoebe cuando asiste a la boda entre Carol, la exmujer de Ross, quien además ejerce de padrino, y Susan, la novia lesbiana de aquella al grito de “ahora si que lo he visto todo”.
Pensaba en esto porque probablemente de todas las situaciones embarazosas, peculiares y extravagantes a las que se ha enfrentado o se pueda enfrentar en estos tiempos convulsos el Tour de Francia, la de esta edición puede que sea la única que nos faltaba por ver.
Recapitulemos: Año 2006 el ganador, Landis, es desposeído de su triunfo después de dar positivo por testosterona tan sólo cuatro días después de terminar el Tour. El ganador pasa a ser un outsider, Óscar Pereiro, a quien en la etapa con final en Montélimar le dejan coger el maillot amarillo después de que hubiese perdido treinta minutos en los Pirineos.
Año 2007. Michael Rasmussen, quien también se había beneficiado de cierta permisividad por parte de los favoritos en la primera llegada en alto, ésta en Tignes, para convertirse a cuatro días del final en virtual ganador del Tour, es expulsado de la carrera por su propio equipo al saberse que un mes antes había mentido a la UCI para evitar un control antidoping sorpresa. El liderato pasa entonces a un debutante Alberto Contador que logra mantenerlo en la contrarreloj final frente a Evans y por el escaso margen de 23 segundos.
Año 2008. En una decisión cuando menos controvertida, ASO, como organizado del Tour de Francia, decide dejar fuera de la carrera a Astana, el equipo por entonces de Alberto Contador, como castigo por los casos de doping de Vinokourov y Kashechkin un año antes, el primero en el transcurso de la prueba. Curiosamente, en el momento de ser excluido, ninguno de los dos corredores kazajos formaban parte del equipo. Contador consigue ese año proclamarse vencedor de Giro y Vuelta. El Tour de Francia es para Carlos Sastre.
Año 2008. En una decisión cuando menos controvertida, ASO, como organizado del Tour de Francia, decide dejar fuera de la carrera a Astana, el equipo por entonces de Alberto Contador, como castigo por los casos de doping de Vinokourov y Kashechkin un año antes, el primero en el transcurso de la prueba. Curiosamente, en el momento de ser excluido, ninguno de los dos corredores kazajos formaban parte del equipo. Contador consigue ese año proclamarse vencedor de Giro y Vuelta. El Tour de Francia es para Carlos Sastre.
Año 2010. El año de la cadena de Andy. El año del filete. Andy Schleck logra llegar a los Pirineos como líder de la carrera con 31 segundos de ventaja sobre Alberto Contador. Sin embargo parece una ventaja escasa para defenderla en la contrarreloj final así que en la etapa que acaba en Luchon, ataca subiendo Balès… pero se le sale la cadena y tiene que detenerse a colocarla. Contador, que había salido al ataque de Andy, le pasa y le deja. Luego declararía que no vio que tuviese problemas pero desde numerosos frentes se critica la actitud del madrileño. En meta le saca 39 segundos, así que es líder por tan sólo 8 segundos. En la crono final, un desconocido, por débil, Contador sólo es capaz de aventajar en 31 segundos a Andy Schleck por lo que se proclama vencedor del Tour por 39 segundos… justo la diferencia que había obtenido el día de Luchon, el día de la cadena.
¿Vencedor? Pues han pasado once meses desde entonces, en menos de una semana habrá echado a rodar el Tour de Francia 2011 y aún no se puede asegurar que sepamos quien es el ganador de la edición del 2010. Es más, podría darse el estrambótico caso de que Contador ganase el Tour de este año pero en agosto le desposeyesen de ambas victorias. El caso de su positivo por clembuterol, mil veces analizado, otras tantas comentado, aún permanece sin resolver y será, aparentemente porque los plazos de este asunto son cambiantes, en agosto cuando el TAS pronuncie una resolución final.
Así que en estas andamos, esperando que empiece un Tour en el que el máximo favorito está ya no bajo sospecha si no enjuiciado y al que sólo los incompresiblemente dilatados procesos de la justicia deportiva han rodeado de la densa bruma de la sospecha y alejado de la imprescindible certeza de la sentencia. Esperando que empiece un Tour del que, antes de empezar, ya sabemos que puede que no valga nada dentro de dos meses. Sea como sea, tengo la sensación de que con este asunto ya lo hemos visto todo. Como la anciana de Friends en la boda lesbiana.